Este estudio en Westport, combina madera, acero y vidrio termoaislante para crear una estructura única.

Diseñado por Valerie Schweitzer Architects e inspirado en parte por el cierre de las alas de una mariposa y otras formas orgánicas, este estudio de arte de 33 metros cuadrados y oficina privada para una casa familiar en Westport, Connecticut, proporciona un refugio sereno.

Al igual que los fragmentos que sobresalen de la tierra, los paneles angulares del estudio, revestidos de estuco y teca reciclada, confieren al mismo tiempo un toque primitivo y futurista. La estructura aprovecha el potencial del vidrio, la madera y el acero.

El tragaluz expansivo de acero y vidrio termoaislante elimina la necesidad de iluminación diurna, incluso para un artista. También crea una sensación de ligereza a pesar de la placa de piso confinada. La eficiencia se ve favorecida por el piso de concreto vaciado sellado que contiene tuberías de calor radiante; se puede mover un escritorio de trabajo sobre ruedas por todo el espacio.

Debido al tragaluz y a las ventanas estrechas, hay una fuerte sensación de privacidad y de estar escondido del resto del mundo. La visión de los cielos cambiantes y la luz crean un espacio óptimo para la reflexión intermitente durante la producción artística.

La ventilación cruzada se logra mediante ventanas cuidadosamente colocadas que capturan las brisas del cercano Long Island Sound.

 

Vía: Worldarchitecturenews