Hoy, casi un siglo y medio después de su construcción, este edificio estira la imaginación y desafía la noción de lo que una casa debería parecer.

La flameante pero elegante, moderna y clásica Casa Vicens, la primera casa construida por Antoni Gaudí, ha sido reformada y restaurada para que a finales de 2017 haya abierto al público sus puertas ornamentadas nuevamente, 130 años después de su construcción original (1883-1885). Adquirida por el banco familiar privado andorrano MoraBanc en 2014, patrocinó esta transformación como empresa conjunta con Calaf AMC5 y reclutó a los arquitectos José Antonio Martínez Lapeña, Elías Torres y David García de los estudios de arquitectura Martínez Lapeña-Torres Arquitectos S. L. P. y Daw Office S. L. P. para dirigir el inmenso proyecto.

La reorientación de Casa Vicens significa que ahora es un destino turístico, con visitas organizadas a la propia casa que se complementan con una serie de exposiciones temporales y permanentes, estas últimas sobre la historia del edificio, la influencia de Gaudí y su contexto.

No hace falta presentar a Antoni Gaudí, el arquitecto catalán que redefinió decoración, arquitectura y estética. Pero si alguien no conoce su trabajo, echando un vistazo a Casa Vicens -tenía 31 años cuando lo construyó- es el curso introductorio perfecto. Aún hoy, casi un siglo y medio después de su primera construcción, este edificio estira la imaginación y desafía la noción de lo que una casa privada «debería» parecer. Porque hasta que fue adquirida por MoraBanc, se trataba de una casa familiar, que durante toda su vida sufrió una sucesión de modificaciones, como la división en tres pisos independientes en 1925.

El edificio de esquina, que en 2005 fue nombrado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, con sus coloridas tejas que cubren la fachada, bordes de pan de jengibre y torres puntiagudas que sobresalen del tejado de dos plantas, es un espectáculo impresionante. Tal vez porque fue concebida originalmente como una casa de verano, la disposición única de su diseñador le permitió crear tal afluencia visual.

Gaudí era un genio del diseño, un rasgo a plena vista en Casa Vicens. La forma en que inesperadamente reinterpretó la construcción tradicional catalana -tanto en interiores como en exteriores- incorporando en ella una multitud de elementos simbólicos y decorativos, ha llevado a muchas personas a pasar toda su vida estudiando cómo consiguió este logro. Ninguna superficie está sin adornos y hay mucho que ver.

 

 

Vía: Yatzer