La cuarentena nos ha dado el espacio de vestirnos de forma más casual que cuando salíamos a la oficina día a día. Una polera, un jeans, zapatillas. 

¿Sabes cuánta agua llevas puesta con ese outfit? Comenzaré diciendo que el agua que se usó en el tratamiento de las materias primas que permitieron su confección (no sumes todo lo necesario para que llegara a ti, como el transporte hasta la tienda y menos hasta tu casa), esa agua de la polera, el jeans y un par de zapatillas, podría satisfacer tu consumo de agua por 5,5 años.

Toda esa agua que se usa para que nosotros, las personas, dispongamos de bienes industriales se calcula como Agua Virtual. En el mundo existen mediciones impresionantes de la cuantía de este consumo, que se vuelve sumamente relevante en la situación estructural que nosotros mismos hemos generado, la escasez de agua, sobre todo para consumo humano.

En Chile, la definición legal hace que el recurso agua sea percibido y garantizado para el uso empresarial. Se puede tener lo que se puede comprar y, por supuesto, una familia en Petorca no va a competir en recursos para comprar derechos de agua con un paltero. En 2011, el entonces ministro del MOP, Hernán de Solminihac, declaró, sobre nuestros compatriotas del norte: “Hombres y mujeres han tenido que vivir en la indigna condición de tener que defecar en bolsas de plástico y bañarse por presas.

Luego, podemos reconocer una crisis hídrica en Chile y por supuesto, en el mundo. 

Tus zapatillas usaron 4.400, los jeans 8.000 y la polera 2.700 litros de agua respectivamente. El consumo doméstico de agua sólo representa un 4% de lo que usamos. El restante 96% es agua virtual: toda usada para producción de bienes industriales y por supuesto, la agricultura. 

La industria de la moda usó en el 2015, 79.000 millones de metros cúbicos para su operación. Eso, aunque parezca irreal, es el consumo de una persona en 1.732 millones de años. Son literalmente, el agua que consumiría una persona en 22 vidas.

El consumo de ropa ha aumentado un 60% en los últimos 15 años. Esto presiona a las industrias, es una gran oportunidad. Videos de moda en que cambias y cambias tu outfit infinitamente. 4 temporadas de ropa, infinitos zapatos, todo para una persona.

Para cosechar 1 kilo de algodón se necesitan 10.000 litros de agua. Una polera sin teñir equivale al consumo personal de agua para 2,5 años. Esto ha contribuido al estrés hídrico que además se asocia a contaminación del agua y atenta contra la vida y calidad de vida de las comunidades que se ubican más cerca de las plantas de producción, afectando principalmente a mujeres y niñas pobres.

1 de cada 3 personas en el mundo no tienen agua potable. Esto no sólo es un riesgo desde el punto de vista de salubridad, sino que además, hace que niñas y mujeres pasen más tiempo buscando este recurso. Menos horas de escuela, menos formación, peores oportunidades. Es una forma cruel de perpetuar la pobreza, calidad y esperanza de vida.

El tratamiento y teñido textil utiliza 8.000 productos sintéticos para el tratamiento de las materias primas, responsable del 20% de la contaminación del agua a nivel mundial. Luego del proceso productivo, las empresas textiles suelen lanzar el agua contaminada a los ríos, agravando el problema.

El 40% del consumo de agua de una prenda se realiza en tu propia casa. Esto está asociado a las acciones de uso y cuidado: cada carga de lavado en una máquina regular usa 40 litros más de agua, que nosotros contaminamos con el uso de detergente, suavizantes y más grave, contaminación con microfibras que se desprenden en el proceso, contaminando irreparablemente hasta ahora, ríos, lagos y océanos.

Foto: putaendolibre.com

Si bien hemos llevado adelante la campaña “No es sequía, es saqueo”, aludiendo a la evidente responsabilidad de las empresas extractivistas que se ha demostrado, robando este elemento de cauces de agua y dejando sin este mismo recurso a comunidades completas, también debemos hacer una reflexión sobre nuestra responsabilidad personal. Desde el punto de vista del consumo y descontando el efecto sugestivo de la publicidad para incentivar el consumo desmedido de casi todas las industrias, debemos reconocer que sin demanda las empresas no podrían sostener sus operaciones. 

¿Cuántas zapatillas has acumulado el último año? ¿Cuántos jeans, cuántas poleras? Posiblemente si hiciéramos una auditoría ambiental en nuestro clóset nos llevaríamos la sorpresa de que también estamos saqueando mucha agua. El agua virtual es una realidad.