Adam Kozioł en 2013 inició un proyecto fotográfico cuyo objetivo es la documentación de las culturas tribales moribundas en el mundo. Durante este tiempo ha puesto su atención en los fenotipos humanos, los tatuajes, las escarificaciones, los ornamentos y la apariencia que identifica a una tribu determinada. Para llevar a cabo su proyecto, Adam Kozioł seleccionó una docena de culturas, a las que pretende acercarse en los próximos años. Hasta ahora ha visitado 18 tribus de Asia y África.

En lo alto de las montañas de Myanmar vive la tribu Chin, cuyas mujeres todavía llevan las cicatrices de una antigua tradición bárbara. Cuando tenían entre 12 y 14 años, estas mujeres se tatuaron la cara en un proceso minucioso que llevó días completar. Según cuenta la leyenda, la tradición comenzó a hacer a las mujeres tan feas que esto les garantizaría no ser secuestradas por un antiguo rey que quería concubinas.

La costumbre continuó hasta la década de 1960, cuando fue erradicada por el gobierno. Aún así, las mujeres mayores todavía viven con sus cicatrices.